El pádel tiene algo que te engancha, no sabemos exactamente qué es, pero los que hemos jugado sabemos a que nos referimos. Sabes a qué me refiero ¿verdad?
Tras esta breve reflexión que hago contigo con ánimo de compartir esto que cuesta definir, espero que ambos tengamos más claro qué es, y en caso de que no, habremos compartido algo indefinido, común y bueno.
Y aún no etiquetado, queda una pasión compartida, que no es poco.
Desde PadelMBA, tras conoceros a muchos de vosotros y desvirtualizar y conoceros, nos sentimos privilegiados de poder compartir la magia que tiene el pádel.
Esta mágia podemos convertirla en cosas muy terrenales y valiosas que a todos nos gustan, que hacen de este deporte un deporte único. Un deporte que nos atrapa en sus redes figuradamente y también literalmente, y qué bueno que sea así.
¿Recuerdas el primer día que jugaste? Quizás eras muy pequeño, o quizás ese día fue sin querer o bien lo buscaste. De una forma u otra seguiste jugando, ¿sabes por qué? yo he intentado darle una vuelta a esto para ayudarte a entender tu pasión, y que así, la disfrutes más todavía si cabe, porque cuando uno sabe sus motivaciones, lo hace más consciente.
Y ese es el primer y último paso para darse cuenta de lo que uno hace, de valorarlo y de disfrutarlo.
El pádel es un deporte de equipo y, aunque empiezas jugando tú solo contra las paredes, con el tiempo te das cuenta que va de compañerismo, de empatía con tu compañero, de respetar al rival que mañana será tu mano derecha, o será tu mano izquierda y te desplazará a tu lado no favorito, y aunque a regañadientes te hagas a un lado, al otro lado más concretamente, entiendes que va de equipo, va de la mejor ecuación posible.
Buscas un resultado, un rendimiento, y aún así cuando no sale, hay partido fuera, hay debate, hay un tomar algo tras el partido, reuniones informales sobre pádel, actualidad o detalles que enriquecen el encuentro.
El pádel es un deporte en el que habrás mejorado a un ritmo vertiginoso, los primeros días habrás mejorado rápido, las siguientes semanas y seguirás subiendo de nivel los siguiente meses.
A todos nos gusta mejorar y eso nos lo regala el pádel con una rápida curva de aprendizaje.
El pádel es creativo y tienes sus trucos y formas. Cada uno juega dentro de sus normas con su estilo personal: más ofensivos, más tácticos, más guerreros o especialistas en ciertos golpes.
Los hay que lo entienden bien, los hay cabezones y peleones, los hay elegantes, principantes y veteranos, pero todos, prácticamente todos, son jugadores.
Cuando uno entra en la pista de pádel se siente jugador, siente que el peso de la pelota está en el siguiente golpe, y nos lamentamos cuando no salen bien las cosas; nos sabe mal por nuestro compañero, por nosotros e incluso por el rival, por no estar ese día a la altura o no ofrecerle mejor batalla.
A veces se masca la tragedia y a veces a uno le entra todo. ¡Ojalá poder jugar siempre bien! ¡Ojalá poder ser la mejor versión en pista todos los días!
Seguro que quieres ser mejor y, posiblemente, si estás leyendo esto, seas de los que no se conforma, de los que la curiosidad por ir más arriba le visita cada día. Si es así, tranquilo y bienvenido al club, estás dentro del grupo de los inconformistas.
Es un grupo grande, diría que el mayoritario, somos todos aquellos que no nos conformamos con nuestro nivel de juego, sabemos que podemos hacerlo mejor y disfrutamos intentándolo.
El pádel nos da la oportunidad de demostrarnos que podemos ser mejores, podemos vernos compitiendo de nuevo, podemos compartir momentos deportivos únicos, y podemos volver a ser niños jugando a ser mayores.
Aunque en el fondo no queremos crecer, no queremos irnos de la pista, y que el partido termine, porque nos gusta tanto que cuando jugamos el tiempo pasa volando.
Tiene algo especial, algo que hace que todo se olvide por un momento y sólo exista el pádel.
Eso es algo que tiene el pádel y que perseguimos constantemente sin cansarnos. Nunca hay bastante, nunca es suficiente, porque nos gusta tanto…