El saque es uno de los golpes más importantes en pádel, ya que permite alcanzar una posición cercana a la red al poner la pelota en juego, comenzando el punto en una situación ventajosa.
Sin embargo, hay una alarmante escasez de trabajos que analicen aspectos técnico y tácticos del saque en pádel (Sánchez-Alcaraz et al., 2020), a pesar de que este golpe ha sido considerado como el indicador de rendimiento más importante en los deportes de raqueta (Gillet et al., 2009).
El saque representa aproximadamente un 10% de la totalidad de golpes en un partido en pádel (Torres-Luque et al., 2015). Teniendo en cuenta que la corta duración de los puntos en pádel (10-15 segundos) y el bajo número de golpeos por punto (entre 8-10 golpes), este primer golpe en pádel puede ser decisivo (Courel-Ibáñez, Sánchez-Alcaraz, & Cañas, 2017; Courel-Ibáñez & Sánchez-Alcaraz, 2017).
Además, el saque otorga la posibilidad de tomar la iniciativa en el punto, ya que permite al jugador que lo realiza alcanzar la posición ofensiva de la red antes que sus oponentes, con la correspondiente ventaja que esto supone (los puntos conseguidos en la red representan alrededor del 80% del total, y los ganadores consiguen un 34% más de puntos que los perdedores en esta zona ofensiva) (Courel-Ibáñez et al., 2015).
Con respecto a la ventaja de los sacadores en el punto, un reciente estudio estableció que, a medida que en el punto se realizan más golpeos, el porcentaje de puntos ganados por la pareja al saque va disminuyendo, estableciendo que, en hombres, a partir de golpeo 12 del punto la ventaja de ser sacador desaparece, siendo en mujeres a partir de puntos con más de 7 golpeos (Sánchez-Alcaraz et al., 2020). Además, la comparativa entre géneros mostró que los hombres ganan más puntos en situación de servicio que las mujeres (Sánchez-Alcaraz et al., 2020).
No obstante, este porcentaje de puntos ganados por la pareja al saque disminuye conforme avanza el partido, siendo significativamente menor en el tercer set (Ramón-Llin et al., 2021), debido probablemente a los efectos de la fatiga sobre el sacador, que es el jugador que más distancia recorre por punto en pádel profesional (Ramón-Llín, Guzmán, et al., 2021).
Esta eficacia al saque está condicionada por la posición táctica utilizada por los jugadores (Ramón-Llín, Guzmán, et al., 2021). En este sentido, la pareja sacadora ha adoptado dos tipos de posiciones tácticas (tradicional y australiana).
La posición tradicional muestra al compañero del sacador al lado contrario. En la posición australiana, el compañero del sacador se sitúa en el mismo lado de su compañero (Figura 1). Ambas posiciones tienen implicaciones tácticas cuyo principal objetivo es el de ocupar y mantener durante el juego el lado del que cada jugador es especialista. Los resultados de los estudios mostraron que los jugadores ganan un porcentaje mayor de puntos al saque cuando utilizan la táctica tradicional frente a la australiana, especialmente, además, en el tercer set (Ramón-Llín, Guzmán, et al., 2021).
Los resultados de este estudio mostraron que el uso de una estrategia australiana forzará al sacador a recorrer más distancia y a más velocidad en su desplazamiento hacia la red que cuando se utiliza una estrategia convencional y que, en el momento del resto, se encuentra a una mayor distancia de la red que utilizando una táctica tradicional (Imagen 1).
Imagen 1. Posiciones tácticas al saque (tradicional y australiana) y análisis de la distancia recorrida y a la red del sacador (Ramón-Llin et al., 2021).
Teniendo en cuenta estos factores, es necesario que, A NIVEL TÁCTICO, los jugadores tengan en cuenta una serie de variables que les permitan realizar el saque con mejores garantías y mantener la iniciativa en el juego, como son:
- Dirección: Con respecto a la dirección del saque, podemos clasificar la trayectoria del saque en saques al cristal, saques al centro y saques a la “T”. Se ha observado que más del 60% de los servicios se dirigían hacia el cristal o pared lateral, con el objetivo de dificultar el resto de los rivales (Sánchez-Alcaraz et al., 2020). La ventaja de sacar al cristal radica en el mayor número de errores de los restadores, debido al rebote de la pelota en la pared lateral y la propia presencia de este elemento (Lupo et al., 2018). Además, sacar al cristal permite tener más tiempo para alcanzar la red que cuando el servicio se realiza al centro de la pista. El servicio a la T provoca un mayor desplazamiento del jugador contrario y una creación de espacio libre en la zona de la doble pared, que podría propiciar un segundo envío tras el saque a esta zona, creando una situación complicada para el rival. Por último, realizar el servicio sobre el cuerpo del jugador contrario es una tercera opción, que suele generar incertidumbre en el restador sobre el tipo de golpeo a realizar, por la escasa o nula frecuencia de entrenamiento de ese tipo de resto, y por la necesidad de tener que apartar el cuerpo de la dirección de la pelota antes del golpeo (Sánchez-Alcaraz et al., 2021).
- Profundidad: Se considera un aspecto importante a la hora de realizar el servicio, pues realizar saques profundos (cerca de la línea de fondo), sobre todo en la zona del cristal, hace que los restadores tengan más dificultades para realizar el resto, por la presencia de la pared lateral y el cristal de fondo y la duda del bote de la pelota cerca de la línea de fondo (Lupo et al, 2018).
- Velocidad: Puede ser considerado otro factor a tener en cuenta a la hora de realizar un servicio. Variar la velocidad de los saques provoca que el rival tenga dificultades para adaptarse a esta situación. Hay que tener en cuenta la distancia que debemos recorrer y nuestro nivel o estado de condición física, pues, como se observó en el punto anterior, a mayor velocidad del saque, mayor es la velocidad de desplazamiento que debemos tener para alcanzar la red en una situación favorable (Ramón-Llin et al., 2013).
- Lado de saque: El lado de la pista desde donde se realiza el saque influye en la dirección del mismo. Así, en el lado derecho las direcciones del servicio estaban más repartidas, mientras que, en el lado izquierdo, el 70% de los servicios se dirigían hacia el cristal. Hay que tener en cuenta que éste es el lado donde se suelen definir la mayor parte de los juegos, hecho que podría cambiar debido a la incorporación, en el año 2020, de la regla del “punto de oro” en el circuito profesional (Sánchez-Alcaraz, Muñoz, et al., 2020). Además, estos datos pueden verse influenciados en función de la lateralidad de los jugadores (diestros o zurdos), por lo que futuras investigaciones deben tener en cuenta esta variable en el estudio de las estadísticas relacionadas con el saque (Courel-Ibáñez & Sánchez-Alcaraz, 2018).
Como APLICACIÓN PRÁCTICA de este trabajo, es importante tener en cuenta estos datos para incluir ejercicios en nuestros entrenamientos adaptados a los datos presentados en este artículo. De este modo, sería interesante incluir ejercicios globales en los que se incluyan limitaciones o condicionantes en la tarea que favorezcan la realización de determinados saques o jugadas que comiencen con este golpeo, tales como:
- Número delimitado de golpeos. Se le otorga un punto extra a la pareja al servicio si gana el tanto antes del golpe n.
- Mantener la red. Si la pareja al saque consigue mantener la red y, además, ganar el tanto, obtiene un punto extra.
- Formación táctica al saque: tradicional o australiana. Los jugadores al saque son forzados, por el entrenador o por los rivales, a comenzar el punto con una u otra formación táctica.
- Saque al cristal lateral. La pareja al saque obtiene un punto si la pelota, tras un servicio correcto, toca la pared lateral, independientemente de que posteriormente gane o pierda el tanto.
- Saque desde diferentes sitios. La pareja al saque tendrá que variar la ubicación del saque, posicionándose el sacador más cerca de la pared lateral en unas ocasiones y; en otras, más cerca de la línea central de servicio.
- Saque con diferentes parámetros de trayectoria. El sacador tendrá que sacar a una dirección distinta cada vez. Lo mismo se podría hacer con el resto de parámetros de trayectoria.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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