En este nuevo articulo profundizamos en esta ocasión en una de las lesiones más traumáticas de la rodilla más severas que puedes sufrir jugando al pádel.
Lesiones Ligamentosas
Los ligamentos de la rodilla son estructuras de tejido conectivo que conectan un hueso con otro y, por lo tanto, están sometidos a grandes fuerzas, tanto de tracción como de torsión.
Su función fundamental es mantener la estabilidad de la articulación y existen 3 grados de lesión: distensión, rotura parcial o rotura completa. Vamos a clasificar los ligamentos de la rodilla en 2 tipos:
- Extraarticulares: Ligamento Lateral Interno (LLI) y Ligamento Lateral Externo (LLE).
- Intraarticulares: Ligamento Cruzado Anterior (LCA) y Ligamento Cruzado Posterior (LCP).
El MECANISMO DE LESIÓN de la patología del LCA y/o del LLI suele ser tras una bandeja en suspensión o en una carrera donde intentamos frenar y/o realizar un cambio de dirección brusco mientras el pie sigue apoyado en el suelo. Es entonces cuando se puede producir una rotación y torsión en valgo de la rodilla, llegando a ser tan extremo que el ligamento no se resista y se produzca así la lesión.
Otra forma de romperse sería tras un traumatismo enérgico directo en la cara lateral de la rodilla mientras el pie está apoyado en el suelo, la cual provoca el valgo y la hiperextensión de la misma.
Cuando ambos ligamentos se rompen y, además, se produce una rotura del menisco interno tendríamos la famosa ‘Triada de O’Donoghue’ tan temida por cualquier deportista.
Respecto a la patología del LCP diremos que surge a raíz de un traumatismo importante en la cara anterior de la tibia con la rodilla flexionada.
En el caso del LLE sería por un traumatismo enérgico directo en la cara medial de la rodilla mientras el pie está apoyado en el suelo, lo que provocaría un varo excesivo.
Ambas lesiones son poco frecuentes en el pádel.
En cuanto a los SÍNTOMAS serían dolor, imposibilidad para el apoyo y deambulación, acompañados de una sensación de crujido y un gesto claro a renunciar a la competición por parte del jugador ya que presiente gravedad en la lesión. Se produce de esta forma un derrame articular importante de aparición rápida.
El DIAGNÓSTICO es clínico en un primer momento, además habrá que drenar el líquido de la articulación en Urgencias que a veces es sanguinolento (hemartrosis), la cual se correlaciona con una rotura del LCA en el 70% de los casos.
Tras unas semanas sería clave la realización de una la Resonancia Magnética de Rodilla para un diagnóstico definitivo.
El TRATAMIENTO de un esguince de rodilla inicialmente sería conservador con una inmovilización durante los primeros días y tratamiento médico antiinflamatorio. En los casos de rotura, tanto parcial como completa, es importante valorar la cirugía si la inestabilidad es importante.