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El signo de la Pedrada

por Francisco García
signo de la pedrada

Comenzamos esta andadura con una de las lesiones musculares que con mayor frecuencia se producen, tanto en el pádel como en otros deportes

¿Quién no ha presenciado o sufrido esta lesión en las pistas? Suele aparecer sin previo aviso, con la posterior suspensión del partido ya que provoca imposibilidad incluso para caminar.

En primer lugar, debemos de mantener la calma, suelen ser de carácter leve; pero cabe señalar que, una recuperación inadecuada o una reincorporación precoz a las pistas, puede provocar una recaída que puede llegar a convertirse en perjudicial a largo plazo.

El mecanismo de producción de esta lesión es sencillo y suele afectar a vientres musculares que suelen cumplir varias características: son muy potentes (fibras musculares tipo 2 de acción explosiva y rápida), se dañan en el régimen de contracción excéntrico (se contraen cuando se alargan) y suelen ser biarticulares (origen e inserción en dos articulaciones diferentes).

Coloquialmente en el mundo del deporte se le conoce como ‘Rotura Fibrilar’, y suele producirse a nivel de la zona posterior de la pantorrilla, normalmente en el gemelo interno, aunque puede aparecer en el gemelo externo o el sóleo.

La situación típica en el pádel es cuando nos encontramos en el fondo de la pista y el contrario nos hace una dejada en la red, en ese momento reaccionamos con una carrera brusca y explosiva que provoca esta lesión.

Existen unos factores predisponentes para la aparición de este tipo de lesiones: no modificables y modificables.

Las no modificables encontramos factores genéticos, edad o existencia de lesiones previas; todos ellos pueden predisponer a esta lesión.

En cuanto a los modificables encontraríamos todos aquellos que tienen que ver con los hábitos de vida como pueden ser una mala alimentación (conlleva sobrepeso), falta de sueño o deshidratación e incluso el estrés, que pueden ser el desencadenante de la lesión.

También hay otros como; una mala dosificación del ejercicio, estas sobrecargado muscularmente en una zona muy localizada, la ausencia de un buen calentamiento, una mala técnica de desplazamiento o un calzado inadecuado que pueden originar este tipo de lesión.

Sintomatología clínica

El síntoma por excelencia es el dolor muy intenso tras un gesto o movimiento concreto, descrito por el jugador como una “pedrada”, de ahí su nombre, suelen describirlo como

si fuera un pinchazo muy intenso con un posterior desgarro. Inmediatamente después aparecerá hinchazón importante con impotencia funcional y debilidad muscular. 

El dolor intenso puede desaparecer a los 3-4 días, dando una sensación de ‘falsa curación’, por lo que no es conveniente retomar la actividad deportiva hasta una recuperación óptima. 

El hematoma suele ser algo más diferido y suele manifestarse como una ‘hemorragia en sábana o equímosis’, de aspecto visible y muy llamativo tras la rotura de la fibra muscular. 

Una rotura en su grado extremo provoca el “signo del hachazo” que consiste en una discontinuidad del músculo en la palpación, esto requerirá tratamiento hospitalario de manera urgente.

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